Fantasmas

Si hay algo que quiera más que esto, todavía no lo conozco. No existe. No lo inventaron. No está entre nosotros ahora, en la distancia que separa nuestros pies.

¿Cómo algo puede ser más fuerte que tus manos apretando las mías hasta que te apagas, hasta que tu cuerpo se desvanece?

Hay fantasmas que mantienen mis ojos abiertos, que no me dejan dormir. Me molestan, pero ya no importan: también voy a poder con ellos.

No hay miedo que pueda equipararse con diez segundos de risa en el desenlace de una propuesta ridícula. No hay inseguridad que supere nuestras manos entrelazadas, la distancia que ya no separa nuestros pies.

No la inventaron. No existe.

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